Los juanetes son consecuencia del hallux valgus: una desviación del primer metatarsiano del dedo gordo del pie.

La deformación de este hueso hace que el dedo gordo pierda su posición natural y se incline hacia adentro. Éste se apoya sobre el segundo dedo. Y según va empeorando y acentuando su desviación, forma una protuberancia en el lado externo -el juanete, propiamente dicho.

Este bulto puede enrojecerse e inflamarse, provocando dolor a quien lo tiene. Y si no se corrige a tiempo, puede causar otras alteraciones.

El juanete es, junto con el los dedos en garra y en martillo las enfermedades del pie más comunes de nuestros días.

Síntomas de los juanetes

Precisamente, uno de los problemas de los juanetes es que sus síntomas aparecen en fases avanzadas. De hecho, hay pacientes que lo padecen durante años sin darle mayor importancia y, por lo tanto, sin tratarlo.

El indicio más evidente de este problema es la protuberancia externa del dedo gordo del pie. Ésta provoca dolor, y empeora con el movimiento o si pasamos muchas horas de pie.

No obstante, el tamaño no es proporcional a las molestias. Hay juanetes pequeños que pueden doler mucho, y grandes que no generan malestar.

También pueden aparecer otros síntomas, como el entumecimiento, sensación de ardor o irritaciones, ampollas, callos y durezas.

Los juanetes se van desarrollando con el paso del tiempo debido a un funcionamiento inadecuado de la articulación metatarso-falángica. Y no es de extrañar que varios miembros de la misma familia presenten esta dolencia.

Sin embargo, lo que se hereda de padres a hijos no es el juanete en sí. Sino una forma de pie y de pisar que, mantenida durante años, genera el hallux valgus.

Otras causas

Además de la consecuencia de miles de pisadas de forma determinada, la aparición de juanetes está vinculada a otras causas.

Una de ellas es el uso de un calzado inadecuado, que contribuye a la aparición más temprana de esta enfermedad. Algunos modelos de zapatos presionan los dedos en el interior, limitando su movimiento. Y con los tacones altos ocurre lo mismo.

Es más. Los juanetes se dan con más frecuencia en mujeres, por el uso de zapatos de tacón y acabados en punta.

También están vinculados con otras enfermedades del pie. Por ejemplo el pie valgo, que se mete hacia adentro al caminar. O el pie cavo, que tiene mucha curvatura y genera exceso de carga en la zona metatarsal.

El pie egipcio, cuyo dedo gordo es más largo que el resto, también puede derivar en juanetes. Y lo mismo sucede con otras dolencias que deforman los huesos, como la artritis reumatoide.

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Algunos consejos

Si nuestros abuelos y padres tienen juanetes, tenemos que frenar lo antes posible esa ‘herencia’ familiar.

Debemos acudir al podólogo, que realizará un estudio biomecánico de nuestros pies para analizar nuestra pisada y corregir la sobrecarga en la articulación.

Puede que nos diseñen unas plantillas especiales personalizadas. Éstas modifican la alineación y redistribuyen el peso en la parte delantera del pie, aliviando la presión sobre el metatarso.

También se pueden emplear férulas y otros instrumentos para alinear el dedo gordo en la posición correcta. Otros elementos que se utilizan son los separadores interdigitales y protectores, para evitar el roce entre los dedos y del juanete con el zapato.

Tampoco está de más seguir una serie de consejos.

  • Evitar los zapatos de tacón alto y con las puntas estrechas.
  • Mantener una higiene adecuada de los pies y secarlos bien para evitar la aparición y proliferación de hongos.
  • Hidratarlos a diario con una buena crema.
  • Utilizar calzado y calcetines transpirables y de calidad.
  • Modificar algunas actividades, como permanecer de pie durante períodos largos.
  • El médico puede recetarnos, también, medicamentos antiinflamatorios.

De esta manera se frena el avance de la dolencia, pero no se corrige. Cuando aparecen los juanetes, la única forma de eliminarlos es la cirugía, cuando el dolor o la deformidad son excesivos.

Cirugía de mínima incisión

Hay distintas técnicas y metodologías para operar el juanete, pero entre ellas destaca la cirugía de mínima incisión, también conocida como cirugía MIS (iniciales en inglés Minimal Incision Surgery), que permite corregir la dolencia mediante incisiones de pocos milímetros, aunque al tratarse de una técnica novedosa no todos los hospitales o clínicas están familiarizados con su uso.