No todo es júbilo desbordante y regalos en esta época del año. Los últimos días de diciembre también pueden generar estrés y lo que se conoce como depresión blanca o depresión navideña.

A muchas personas les cuesta encontrar el lado positivo y ese espíritu navideño que invade todo. Y en la época más alegre del año, donde tenemos la ‘obligación’ de estar contentos, se encuentran tristes y apáticas.

Causas de la depresión navideña

¿Los motivos? En ocasiones la depresión navideña puede estar provocada por un suceso adverso. La pérdida de un familiar, problemas en el trabajo –o la falta de uno-, malas notas en los estudios,…

En otras, los síntomas aparecen debido al estrés que desencadenan las reuniones familiares, la presión de los preparativos, los gastos… Un tema que ya analizamos en este artículo.

También hay personas que sufren determinadas fobias que se acentúan en Navidad. Padecen fobia social en una época en la que deben interactuar más con los demás. Miedo a ser tocados e incluso a que invadan su espacio vital (afenfosfobia), cuando los abrazos y besos se multiplican. O miedo a los sonidos fuertes (liguirofobia), como los petardos.

Hacer balance

En ocasiones, las causas del estado de ánimo negativo no son tan evidentes. Una razón puede ser, por ejemplo, la falta de luz natural.

La Navidad coincide con las noches más largas y menos horas de luz. Este hecho, unido al mal tiempo, nos hace encerrarnos en casa y en nosotros mismos.

Por otra parte, estamos ante una fiesta relacionada con la infancia y el calor del hogar, que provoca sentimientos de nostalgia y melancolía. O pensamientos del tipo “cualquier tiempo pasado fue mejor”.

También es una época para hacer balance. Nos ponemos a repasar los propósitos planteados un año atrás y los objetivos cumplidos… Y nos damos cuenta de que no los hemos logrado y no hemos trabajado lo suficiente.

Algunos consejos

Sean cuales sean las causas, los síntomas de la depresión navideña son similares a los de cualquier episodio depresivo:

  • Apatía, desgana, pérdida de interés y de vitalidad.
  • Pensamientos derrotistas y negativos.
  • Alteraciones del sueño.
  • Falta de apetito.

¿Qué puedes hacer para combatir la depresión navideña? Lo primero, analizar si existe una causa concreta, comunicársela a los más allegados y llegar a un acuerdo con la familia.

Es mejor no acudir a la comida familiar que ir ‘obligado’ y explotar en mitad del encuentro… O que beber en exceso para controlar la ansiedad.

Si tu depresión navideña se debe a la pérdida de un ser querido, lo normal es estar triste y echarlo de menos. Te puede ayudar buscar nuevas tradiciones, lugares de celebración… que no estén asociados a esa persona.

Repasa las metas planteadas y corrige y mejora lo que esté en tu mano, para lograrlas en el año que entra.

La depresión navideña es un problema estacional, que acaba cuando pasan las Fiestas y retomas la rutina diaria. Si notas que los síntomas persisten y afectan a tu vida cotidiana, consulta con un especialista.