El estreno de It, basada en la novela de Stephen King, es la excusa perfecta para hablar de la coulrofobia. El miedo a los payasos.

A muchas personas esta figura les provoca emociones desagradables e incluso auténtico pavor. Y aunque estas sensaciones son más habituales en niños y adolescentes, se producen también en adultos.

El término coulrofobia proviene del griego kōlobathristēs, “el que va sobre zancos”. Como los que solían utilizar los bufones en la antigüedad para desplazarse.

Los payasos surgieron sobre el 2.500 a.C. Su finalidad era provocar risas y animar encuentros. No obstante, el disfraz, la pintura facial y la sonrisa grotesca pueden causar angustia en vez de risa. Diluyendo la delgada frontera entre el humor y el terror.

Emociones ocultas

De hecho, muchos expertos en salud mental coinciden en que este aspecto es una de las principales causas de la coulrofobia.

Los colores llamativos, la nariz roja y el exagerado maquillaje pueden provocar experiencias negativas y terror en los niños. Y esta sensación de miedo se mantiene después, durante la edad adulta.

En 2008 la Universidad de Shenffield preguntó a 250 niños de 4 a 16 años qué pensaban sobre las comodidades que les ofrecían los hospitales. Uno de los aspectos más llamativos del estudio –Space to care– fue que la mayoría odiaba las decoraciones con payasos. Los encontraba aterradores.

Por otra parte, los payasos asustan a los adultos porque el maquillaje facial no nos permite vislumbrar sus auténticas emociones. Y al eliminar las expresiones faciales, se imposibilita la comunicación e interacción social. No sabemos si el personaje se está riendo de verdad o está a punto de estallar.

Según calculan los expertos, el 12% de la población tiene miedo a los payasos. Aunque el porcentaje podría ser mayor, puesto que muchos adultos no lo reconocen por miedo al ridículo.

Cómo tratar el miedo a los payasos

Independientemente del número de afectados, la reaparición de Pennywise está incrementando la ansiedad entre quienes tienen miedo a los payasos. Resulta difícil evitar el bombardeo de publicidad, noticias, carteles o vídeos con el protagonista de It.

Por otra parte, se aproxima Halloween. Festividad en la que el payaso terrorífico es uno de los disfraces favoritos. Por no hablar del fenómeno de los payasos psicópatas en redes sociales…

¿Cómo podemos abordar este problema? Además de evitar encontrarse con esta ‘entrañable’ figura -en fiestas de cumpleaños, circos, festivales, cadenas de comida rápida,…- el tratamiento del miedo a los payasos requiere la intervención de un profesional en psicoterapia.

Éste se basa en técnicas de desensibilización, mediante el contacto progresivo con el desencadenante de la fobia. De esta manera, el paciente se va familiarizando con su miedo y las emociones desagradables se reducen gradualmente.

Como anécdota, algunos payasos acusaron a Stephen King de provocar miedo a los payasos entre los niños. Un hecho que perjudica su reputación y contribuye, de paso, a quitarles el trabajo.

El autor de It no tardó en responder vía Twitter. “[…] Los niños siempre han tenido miedo a los payasos. No maten al mensajero por el mensaje”.