Los anuncios sobre apuestas online –muchos protagonizados por caras conocidas-, están normalizando una actividad cada vez más adictiva. Y que se ha convertido en un problema de salud pública.

Fuera o dentro de Internet, la ludopatía (reconocida por el Ministerio de Sanidad y la OMS) funciona como las demás adicciones. Al jugar, se activan determinados neurotransmisores que causan bienestar. Y que hacen que queramos repetir y obtener de nuevo esa sensación.

En un casino o sala de juegos podemos experimentar, además, la sensación de placer anticipado. Es decir, nuestros neurotransmisores se activan al escuchar la música de las maquinitas o pensar en una potencial partida ganadora.

Síntomas de la ludopatía

Las consecuencias para quien la padece, familiares y amigos son devastadoras. El adicto/a siente un vacío cuando no juega, además del impulso de seguir jugando o iniciar una partida.

También tiene pensamientos recurrentes sobre el juego (analiza partidas, jugadas, tácticas…). Además, hay una necesidad de incrementar las cantidades apostadas para mantener el nivel de adrenalina.

Asimismo, el juego afecta a las relaciones personales por las horas invertidas, cantidades perdidas, deudas, hurtos,…Que causan problemas financieros muy graves.

Mujeres y jóvenes

Con las apuestas online -que representan el 8% del mercado mundial de juegos de azar- la situación ha empeorado. Su proliferación ha disparado los niveles de juego patológico. Y están afectando especialmente a dos colectivos: las mujeres y los jóvenes.

En España, el país con más smartphone por habitante del mundo, llevamos un casino encima. Podemos hacer apuestas online desde cualquier lugar, a cualquier hora y de manera anónima. Lo que hace que este juego sea más adictivo que el presencial.

Muchas mujeres, que no entrarían en una sala de juegos por vergüenza o “qué dirán”, ahora pueden jugar desde casa. Y los jóvenes y menores pueden vulnerar la ley y engancharse al juego sin que se enteren sus padres.

De hecho, hace años el perfil del jugador era un hombre de 30-40 años. Ahora, sin embargo, es el de un joven de 15 a 35, que cada vez juega más horas. Muchos de ellos, a partir de la media noche. Un hecho que está disparando todas las alertas.

Evitar la dependencia a las apuestas online

En muchos casos, las apuestas online están recomendadas por deportistas o ídolos juveniles. Que sirven de referente y de gancho para el colectivo más vulnerable, que busca ser como ellos.

También son más adictivas por la rapidez e inmediatez de las apuestas y del resultado y las probabilidades de ganar, mayores que en el entorno presencial. A esto hay que sumar la comodidad de jugar en un entorno íntimo y seguro, como nuestra casa.

Para atajar esta situación y evitar la dependencia, hay que trabajar en varios frentes. Hay que formar a médicos de cabecera y profesores para que puedan detectar adicciones en jóvenes en las primeras fases. Las familias deben entender que estamos ante un problema de salud mental que precisa tratamiento psicológico.

Y también hay que regular la publicidad de los juegos y apuestas online, como se hace con el tabaco. Prohibiendo los anuncios en horario infantil y eventos deportivos. Vetando a deportistas y referentes famosos. Y exigiendo la identificación efectiva de los menores de edad.