El 1% de la población padece sinestesia. Es decir, tiene los sentidos mezclados y experimenta sensaciones de una modalidad sensorial a partir de estímulos de otra distinta. Visualiza colores mientras escucha música, percibe sensaciones gustativas cuando alguien les habla,…

Estas interacciones entre estímulos (sonidos, palabras, música, emociones…) y respuestas (colores, sabores, temperaturas,…) pueden ser muy variadas.

Según el grupo de investigación de Neurociencia Cognitiva de la Universidad de Granada, la tipología grafema/color es la más común. Este grupo está estudiando más a fondo este fenómeno y recoge datos de los interesados a través de su web.

Otros tipos de sinestesia son la léxico-gustativa (palabras con un determinado sabor), tacto-espejo (dolor al tocar a alguien), música-color y persona-color.

Entre las formas menos habituales están la olfato-temperatura o la orgasmo-color. Y se han dado casos de sinestésicos ciegos que pueden experimentar colores al tocar, oír, etc.

Días y colores

En un reportaje de Silvia Hernando para ‘El País Semanal’, el escritor y savant Daniel Tammet explica cómo ve la semana. Para él -con sinestesia y Asperger-, los días transcurren en distintos colores. Los martes son naranjas porque así es como percibe la ‘t’ (de Tuesday, en inglés). Pero pasan a morado en castellano por el color de la ‘m’.

En cambio, para Mª José de Córdoba -directora de los Congresos Internacionales de Sinestesia, Ciencia y Arte celebrados en España-, el domingo es amarillo.

De Córdoba es también responsable de la Fundación Internacional Artecittà, cuyo objetivo es encontrar sinestésicos, estudiar sus capacidades y servir como punto de encuentro.

Otros sinestésicos conocidos son Baudelaire, Nabokov o Kandinsky. Las asociaciones inusuales pueden potenciar la imaginación y las consecuentes manifestaciones artísticas como la pintura o la escritura.

Causas de la sinestesia

La sinestesia se produce de manera involuntaria por una conexión inusual entre las áreas sensoriales del cerebro. No se puede regular de manera consciente.

Todos tenemos zonas asociativas entre los distintos sentidos en la corteza cerebral. Pero en el caso de los sinestésicos hay un transvase de información de un tipo sensorial al otro

La información del entorno que les llega al cerebro a través de un órgano sensorial se transforma en otro tipo de sensación. Y su cerebro parece tener una arquitectura diferente a la del resto. No obstante, esto no significa que su sistema nervioso esté dañado. O que este trastorno les reste capacidades o autonomía.

Estudiar las emociones

Es evidente que la sinestesia afecta a su vida cotidiana. P.e. pueden tener dificultades para leer o con las matemáticas, al percibir colores en las palabras o números. Pero fuera de estas situaciones, pueden llevar una vida normal. De hecho, hay personas que no se dan cuenta de que padecen sinestesia y su forma de percibir es diferente.

Para el grupo de investigación de la Universidad de Granada, el estudio de la sinestesia es muy importante. Nos permite “adentrarnos en el estudio de la percepción, la conciencia y en la base neural de esos procesos”.

También es interesante para el estudio de las emociones. Porque los sinestésicos suelen tener reacciones negativas cuando los estímulos son de un color diferente al que ellos ven.