España es uno de los países de Europa con mayor grado de automedicación con antibióticos. Unos medicamentos cuya toma negligente lleva tiempo denunciando la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Según sus expertos, el mal uso de los antibióticos está provocando que determinadas bacterias se vuelvan resistentes a los mismos. De manera que logran sobrevivir y transmiten sus genes a las siguientes generaciones.

El tratamiento de infecciones como la neumonía o la tuberculosis es cada vez más difícil. Por ello, la resistencia a los antibióticos es en la actualidad una de las mayores amenazas para la salud mundial.

Bacterias farmacorresistentes

Los antibióticos son medicamentos que previenen y tratan las infecciones bacterianas, puesto que las matan o frenan su crecimiento.

La resistencia a los mismos se produce cuando dichas bacterias mutan en respuesta al empleo que hacemos de estos fármacos.

Las bacterias farmacorresistentes pueden provocar infecciones en las personas y en los animales. Y estas infecciones son más difíciles de tratar que las no resistentes.

Este hecho conlleva un aumento de los gastos médicos, las estancias hospitalarias y la mortalidad. Por todo ello, el uso de los antibióticos siempre debe estar indicado por un médico.

Algunos errores

Pero no es suficiente con que un médico nos los recete. Para que el tratamiento con antibióticos sea eficaz es imprescindible respetar las dosis y los intervalos pautados.

De esta forma garantizamos que haya una concentración del medicamento constante en nuestro organismo durante la curación.

Un error que no debemos cometer en el uso de los antibióticos es suspender el tratamiento cuando remiten los síntomas. Si lo hacemos, aparecerán bacterias resistentes.

Las resistencias de las bacterias a los antibióticos también se incrementa cuando ingerimos dosis incorrectas o de forma irregular.

Pongo como (mal) ejemplo a mi abuela, acostumbrada a tomar medicinas con el desayuno, la comida y la cena. Motivo por el que no respetaba el intervalo de 8 horas.

Otro problema muy grave es la automedicación. Es difícil que una farmacia despache un medicamento que no está recetado. Pero a veces nos sobran dosis de tratamientos anteriores que terminamos consumiendo sin prescripción, ante el menor síntoma.

Los fármacos de nueva generación, que sólo precisan una pastilla cada 24 horas por ejemplo, también generan confusión. A muchos les parece una dosis escasa, y la duplican por su cuenta y (mucho) riesgo.

El uso de antibióticos en niños también genera controversia. Hay padres que no entienden que el médico no se los prescriba al niño. Y, por el otro extremo, están los reacios a dárselos. Aunque se los hayan mandado.

Correcto uso de los antibióticos

Cuanto tomamos un antibiótico sin necesidad, podemos sufrir efectos secundarios, como una alergia. Pero además, ponemos en riesgo las bacterias ‘buenas’ que tenemos en el organismo, y que forman parte de nuestras defensas.

Por otra parte, como ya he mencionado, favorecemos la proliferación de bacterias resistentes al medicamento, causando focos de infección que podemos contagiar a otros.

Con el tiempo, surgirán cepas totalmente resistentes. Y, según la OMS, si no disponemos de antibióticos eficaces para prevenir y tratar infecciones, llegará el momento en que los trasplantes, la quimioterapia y las operaciones quirúrgicas se volverán más peligrosas.

¿Qué podemos hacer? Para poner freno a este grave problema, la OMS nos propone adoptar una serie de medidas.

  • Tomar antibióticos únicamente cuando los prescriba un profesional sanitario.
  • No demandar antibióticos si éste nos indica que no son necesarios.
  • Seguir siempre las instrucciones de los profesionales sanitarios sobre el uso de los antibióticos.
  • No utilizar los antibióticos que nos hayan sobrado o que les hayan sobrado a otros.

Además, podemos prevenir infecciones lavándonos las manos, preparando los alimentos en condiciones higiénicas, evitando el contacto íntimo con enfermos, velando por la seguridad de las relaciones sexuales y manteniendo las vacunaciones al día.