Parece que todos sabemos dormir, ya que es una actividad que realizamos a diario y durante varias horas. Y que no sólo nos gusta, sino que el cuerpo nos pide. Pero en realidad no todos sabemos dormir bien. De hecho, España es un país con déficit de sueño.

Los españoles dormimos 7,1 horas diarias, según el estudio publicado por el Centro de Investigación del Sueño de Flex (2016). Una cifra por debajo de la media de 8 horas diarias recomendadas por los expertos.

Aunque en principio nos encontramos dentro de un margen saludable, se trata de una media. Por lo tanto, hay comunidades autónomas donde se duerme más y otras donde se duerme menos.

Por ejemplo, en Melilla, Ceuta y País Vasco no se alcanzan las 7 horas de sueño diarias. Mientras que en Castilla y León la media es de 7,2 horas.

La investigación señala además que el 41% de los encuestados se despierta con la sensación de no haber descansado bien.

Desfase horario

La razón principal de este déficit de sueño es el huso horario español. Éste no es el que le corresponde al país –el del meridiano de Greenwich-, ya que Franco sincronizó a España con Alemania.

Este desfase queda patente en los horarios de trabajo, el prime-time televisivo y, por supuesto, la hora de irse a la cama.

Asimismo, la implantación de Internet, los teléfonos móviles y las nuevas tecnologías también afecta a la calidad del sueño. Por un lado, retrasan la hora de irse a la cama. Por otro, la luz que emiten inhibe el sueño.

El problema es que, independientemente de la hora a la que nos acostemos, debemos levantarnos a una hora determinada. Y que el consecuente déficit de sueño repercute en nuestra salud.

Gráfico: Centro de Investigación del Sueño Flex.

Problemas y beneficios

No dormir bien perjudica a nuestra salud física y emocional. Así, la falta de sueño provoca cambios en el estado de ánimo y un aumento del estrés y la ansiedad.

También causa problemas depresivos y baja motivación, y alternaciones cognitivas y de la memoria. La persona afectada se vuelve más lenta e imprecisa.

A nivel fisiológico, no dormir bien afecta a la habilidad para procesar la glucosa. Esto aumenta los niveles de azúcar en sangre y favorecer la diabetes o la subida de peso.

Por el contrario, dormir bien permite que nuestro cerebro y cuerpo funcionen correctamente. El sueño activa el sistema linfático que limpia el cerebro, eliminando por la noche los productos que generan las neuronas.

Además, recarga las pilas y estimula el rendimiento en el trabajo o los estudios. Cuando duermes bien, te levantas con más energía para afrontar las tareas diarias.

También mejora el sistema inmunológico y el humor. Al 87% de los españoles les mejora el estado de ánimo tras una buena noche de sueño, según el mencionado estudio.

Consejos para dormir bien

Para dormir bien y mejorar la calidad de nuestro sueño, tenemos que preparar la mente y el cuerpo para el descanso. ¿Cómo? Siguiendo los siguientes consejos.

  • Procura acostarte y levantarte todos los días a la misma hora, para entrenar a tu cuerpo de cara al sueño.
  • Si echas la siesta, que sea corta. Como máximo, 20 minutos. Si duermes más, te costará conciliar el sueño por la noche.
  • Utiliza la cama para lo que es: dormir y mantener relaciones. El resto de actividades, como ver la tele, conectarse a Internet o jugar con la tableta, nos impiden descansar bien.
  • Haz algo de ejercicio todos los días, como caminar. Pero no antes de irte a la cama.
  • Reduce el consumo de bebidas estimulantes y con cafeína. Además impedirnos dormir, aumentan las ganar de ir al baño por la noche.
  • Otras sustancias a evitar son el alcohol, el tabaco y los somníferos.
  • Por último, debemos cuidar el lugar donde dormimos. Debe ser una zona tranquila y silenciosa, fresca, oscura y libre de aparatos electrónicos. Una habitación ordenada también ayuda a conciliar el sueño, así como disponer de un buen equipo de descanso.