Se trata de un trastorno de carácter neurobiológico originado en la infancia que implica un patrón de déficit de atención, hiperactividad y/o impulsividad, y que en muchas ocasiones está asociado con otros trastornos. En ocasiones, detectarlo en los hijos no es tarea fácil. Te indicamos los signos del TDAH que pueden hacerte sospechar.

Síntomas del TDAH

Si tu hijo tiene dificultad para prestar atención o controlar conductas impulsivas, es muy probable que como primera reflexión pienses que es muy despistado, que en el colegio no le enseñan orden y disciplina o simplemente llegues a la conclusión de que no vas a ser capaz de educar a tu hijo tal y como habías proyectado.

Cuando un niño se porta mal o con demasiada energía, se puede confundir con este trastorno y puede darse el caso de que realmente no lo padezca. Por este motivo, su diagnóstico no es una tarea fácil. Presta atención a los siguientes síntomas y ante la duda consulta con tu médico:

Falta de atención:

  • Tienen problemas para mantener su atención sobre las actividades y tareas.
  • Parece no entender cuando alguien le está hablando directamente.
  • Tiene dificultad para seguir las instrucciones.
  • Esta con frecuencia desatento.
  • Comete errores por descuido.
  • Tiene desorden con la ropa y los útiles de su trabajo escolar, lápices, libros, cuadernos, agenda.
  • No termina tareas, como los deberes y las faenas domésticas.
  • Pierde objetos que necesita, tales como sus utensilios para las tareas escolares.
  • Es distraído y olvidadizo durante las actividades diarias a pesar de las rutinas que se implantan.

Hiperactividad:

  • Está inquieto con las manos o los pies y se retuerce cuando se le dice que se siente.
  • Se mueve y habla en exceso, parece como si siempre tuviera energía.
  • Se levanta de su asiento sin permiso y correr alrededor de la habitación cuando no es apropiado.
  • No es capaz de jugar o trabajar en silencio.

Nunca juzgue por sí mismo. El diagnóstico ha de hacerlo siempre un profesional. Hay niños que son hiperactivos o más nerviosos sin necesidad de padecer este trastorno.

Hay diferentes grados por el trastorno con TDAH, en ocasiones se llega a problemas de conducta tan graves que no es posible continuar una vida normal.

El origen del TDAH

Pese a la alta prevalencia del TDAH, nos encontramos ante una realidad social de desconocimiento sobre este trastorno. Se ha identificado que las causas del TDAH se deben a factores principalmente genéticos y ambientales (prenatales, perinatales, y posnatales).

Se consideran factores ambientales del TDAH:

  • Los traumatismos craneoencefálicos en la infancia.
  • La encefalopatía hipóxico-isquémica.
  • Las infecciones del sistema nervioso central.
  • El bajo peso al nacimiento o el consumo de tóxicos como el alcohol o el tabaco en el embarazo.
  • La prematuridad.

El TDAH tiene una heredabilidad del 76%. Los estudios han demostrado que los familiares de personas con TDAH tienen un riesgo cinco veces mayor que las personas sin antecedentes familiares de TDAH.